A finales del siglo XVII y principio del XIX, los Yorubas pasaban por una serie de guerras internas y también sufrían ataques externos, y todo esto desencadeno la caída y esclavización del pueblo Yoruba.
Estos esclavos Yorubas fueron llevados en su mayoría a Cuba y Brasil a trabajar en las plantaciones de azúcar. Pronto se les conocería como los "lucumi", debido a la forma en la que se saludaban "oluku mi", "mi amigo".
Las leyes españolas permitían la esclavitud, pero al mismo tiempo intentaban atenuar esa condición dando a los esclavos algunos derechos, al menos en la teoría. Tenían derecho a la propiedad privada, al matrimonio y seguridad personal, pero eran obligados a ser bautizados en la religión católica para poder tener una entrada legal a Las Indias.
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