jueves, 27 de septiembre de 2018

Oraciones

Oración a Eleggua

Eleggua haz mi camino cierto
Protegiéndome de noche y de día.
Haz que en mi trabajo haya algarabía,
Alegrías y progresos.

Que en mi rumbo no haya inseguridades
Y que nadie interponga su felonía.
Que no haya mas garantía
Que mi capacidad e idoneidad
Transformándose en gran valía.

Defiende mi casa como una fortaleza
Y que no se sienten en mi mesa
Falsos testigos y embaucadores.

Procúrame la digna labor
Y el gran honor
De ser mi guía.

viernes, 21 de septiembre de 2018

Patakies

León

León era un animal manso, pero tan hermoso que la gente lo envidia y se metía con él para provocar su furia. Como no hacía caso de las provocaciones, idearon entonces ir a ver a Olofin para calumniarlo y acusarlo dc un comportamiento que no había tenido nunca.

Olofin llamó a León para regañarlo, pero este supo defenderse y le demostró que nunca había agredido a nadie.

–Vas a regresar a la Tierra –le dijo Olofin a León–, pero si alguien te agrede o se mofa de ti, yo te autorizo a que uses tus garras y tus colmillos, y demuestres el ashé que te he dado.

León regresó a la Tierra, dispuesto a no meterse con nadie y a seguir viviendo entre las gentes sin hacer caso de sus burlas y provocaciones.


Pero al tercer día, los envidiosos empezaron de nuevo a sembrar la cizaña y a decir: “¡Qué se habrá figurado! Porque Olofin le dio poder él puede mirarnos a todos por encima del hombro. Lo que hay que hacer es caerle a palos para que no se crea mejor que nosotros.”

Una turba comenzó a juntarse frente a la casa de León. Cuando salió para ver qué pasaba, le cayeron encima con palos y piedras y no tuvo más remedio que defenderse con sus garras, morder, matar y arrancar cabezas y brazos.

Desde entonces León vive en el monte, lejos de todos, y el que quiera provocarlo, tiene que ir hasta allí.

Patakies

Oggún

Oggún era hijo de Yemaya. Por su nobleza, bondad y disciplina, la madre le concedió la gracia de ser el único que podía descargar los barcos, negocio con el que ganó mucho dinero.

También Olofin se fijó en él y gracias al ashé que le entregó, pudo ser un gran cazador. Así fue que cambió de oficio, pues sus enemigos, por envidia, no lo dejaban vivir tranquilo.

Una vez que andaba de cacería por el bosque, se hincó con un mata de espinas. Adolorido pudo caminar un trecho hasta que se encontró con Oshun, la que de solo mirarlo quedó prendada de aquel fornido y apuesto hombre. La dueña de la gracia y la coquetería le curó las heridas con una yerba de la que únicamente ella conocía el secreto.

Fue tan repentino el amor que ambos sintieron, que a partir de esa misma noche se quedó a vivir en casa de la hermosa mulata. Sus enemigos, poco a poco, se fueron olvidando de él.

Aquel amor que parecía eterno, no lo fue, ya que Oshún, aburrida de tantos halagos y de la monotonía de la vida conyugal, un día huyó con otro hombre.

Patakies

Obatala y Olofin

Obatala  se encargó de la tarea que le confiara Olofin y comenzó a moldear en barro los cuerpos de los hombres, a los cuales el Supremo Creador les infundió el soplo de la vida. Pero no conforme con lo que sucedía se dijo: "¿Por qué yo no puedo completar mi obra?" Así se le ocurrió que podría espiar a Olofin para saber qué debía hacer para que aquellos cuerpos inertes cobraran vida. Aquella noche Obatala en vez de irse a dormir, se escondió en un rincón de su taller en espera de que llegara el Creador. Olofin, que todo lo ve, supo enseguida de la estratagema que había urdido Obatala y le envió un sueño tan profundo que no se enteró absolutamente de nada. A la mañana siguiente, cuando Obatala  despertó, se encontró que todos los hombres tenían vida y comprendió que no debía averiguar lo que no era de su competencia.

jueves, 20 de septiembre de 2018

Patakies


El mejor cazador

Ochosi es el mejor de los cazadores y sus flechas no fallan nunca.  Sin embargo, en una época, nunca podía llegar hasta su presa, porque la espesura del monte se lo impedía.  Desesperado fue a ver a Orula, quien le aconsejó que hiciera ebbó.  Ochosi y Oggún eran enemigos porque Eshu había sembrado discordia entre ellos dos, pero Oggún tenía un problema similar al de ochosi. ... Aunque nadie era capaz de abrirse camino en el monte con más rapidez que él, nunca conseguía matar a sus presas y se le escapaban.  También fue a ver a Orula y recibió instrucciones de hacer ebbó. 

  Así, ambos rivales fueron a cumplir con lo suyo.   Sin darse cuenta, Ochosi dejó caer su ebbó arriba de Oggún, que estaba recostado en un tronco de un árbol.   Tuvieron una discusión muy fuerte, pero Oshosi se disculpó y se sentaron a conversar y a contarse sus problemas.  Mientras hablaban, a lo lejos pasó un venado.

miércoles, 19 de septiembre de 2018

Patakies

Elegguá intenta ayudar a Oshún

Después del nacimiento de los Ibeyis, Oshún fue maldecida porque todos decían que solo los animales podían parir más de uno, por lo que regaló sus hijos a Yemayá, y se fue a recorrer el mundo.
después de mucho tiempo Elegguá la encontró en uno de sus caminos sola, y en una pobreza tan grande que estaba muriéndose de hambre, en la total miseria, toda esa grandeza que ella tuvo un dia habia desaparecido y solo la calamidad se había apoderado de ella.

Elegguá que toda la vida había sentido su amigo incondicional se entristeció muchísimo al encontrar a Oshún así y se la trajo a su casa.

Patakies

Osain

Hace mucho tiempo un hombre que era cojo, manco y tuerto, pero también poseedor de los secretos de las plantas, sus usos y aplicaciones, así como del lenguaje de todos los pájaros y los animales del monte, vivía en la tierra de los congos.

Su hogar era humilde, y a pesar de que todos le consultaban en busca de remedios para sus males o de alguno de los encantamientos para resolver sus situaciones personales, le pagaban muy poco, por lo que pasaba hambre y sufría todo tipo de privaciones.

Enterado Orula de la existencia del sabio, ideó incursionar en los tupidos bosques del Congo para encontrarlo. Muchos días caminó el adivino por debajo de inmensos y centenarios árboles que parecían desafiar al cielo con su grandeza.

Al fin, una mañana divisó una choza y se encaminó hacia ella para ver si obtenía algo de comer. Un hombre lisiado y con una voz gangosa, abrió la puerta y lo invitó a pasar, le brindó algunas viandas y un poco de café.


                         

Cuando la vista del adivino se acostumbró a la semipenumbra de aquel lugar pudo divisar cazuelas y calderos llenos de palos y también güiros que colgaban del techo, adornados con plumas de las más diversas aves, ya no le cupo la menor duda: aquel sujeto era el brujo que él estaba buscando.
Hablaron largamente, Orula no podía esconder su enfado por las condiciones miserables en que se encontraba el sabio. Le propuso entonces que fuera a vivir con él en la ciudad de Ifé, donde había grandes palacios, calles entabladas y donde podrían, con sus conocimientos ayudar a la humanidad.

Osain consintió y le confesó que desde hacía mucho tiempo tenía pensado abandonar aquel sitio pero no había encontrado antes la oportunidad. Desde entonces Osain vivió con Orula, tuvo ropas limpias, comida abundante y fue muy feliz.


martes, 18 de septiembre de 2018

Patakies

Oyá vence a Shangó

Oyá tenía un rebaño de carneros. Había uno pequeño que por cariñoso se había convertido en su mascota.

Un día Shangó invadió el reino de Oyá con un poderoso ejército y esta corrió a esconderse.
El rey del fuego pensó que había ganado fácilmente la guerra; pero no encontró a la soberana por ninguna parte, lo que hizo que se sintiera desconcertado.



Registró el palacio y en una de sus habitaciones liberó al carnerito que balaba desconsolado. Sorprendido lo siguió hasta un pasadizo que no había visto antes y tras una puerta sintió los pasos de Oyá, esta al verse en peligro lanzó una centella y los soldados del Alafin dispararon sus armas.
La soberana emitió un sonido agudo y penetrante, comenzaron entonces a salir los espíritus que venían de las entrañas de la tierra, formando una fuerza temible.


lunes, 17 de septiembre de 2018

Patakies

La bondad de Yemayá


Olofin estaba disgustado con todos los pobladores de la Tierra porque ellos lo habían olvidado. Por eso les quitó la lluvia. Con tan prolongada sequía se morían los animales, se secaban las siembras y no había casi agua que tomar.

Viendo el giro tan desagradable que tomaban las cosas en el planeta, los orishas a quienes Olofin había entregado el cuidado del mundo, se reunieron y a proposición de Shangó decidieron enviar a Yemayá para que fuera a ver a Olofin y le suplicara su perdón.

Yemayá emprendió el camino de la montaña donde Olofin tiene su palacio. Pasó mucho trabajo ascendiendo por la angosta senda por la que hubo de caminar varios días, pero al fin llegó.

viernes, 14 de septiembre de 2018

Patakies

¿ Porque las hijas de Oshún y Yemayá no deben cortar mucho su pelo?

Según nos muestra una leyenda en que Oshún, la bella entre las bellas, era una reina muy rica que presumía de su espléndida figura, de sus joyas, de sus ricos vestidos y de su sedosa y larga cabellera. Pasaba largas horas mirándose al espejo o viendo reflejado su rostro en las claras aguas… del río que lleva su nombre, mientras se peinaba y volvía a peinar los largos cabellos que eran su orgullo.
Su reino fue eje de sangrientas guerras de conquistas; a Oshún no le quedó más remedio que huir y abandonarlo todo. A partir de ese momento, grande fue su pobreza y mayor aún los trabajos que pasó. De sus magníficos sólo le quedó uno que de tanto lavarlo y volverlo a lavar en las aguas amarillas del río, tomó ese color; tuvo que vender sus joyas para poder comer; y para colmo, del sufrimiento se le cayó el pelo. Oshún, la bella entre las bellas, se vio de golpe sola, pobre, esclava y en la peor miseria.

Patakies

El regalo de Obbatalá a Shangó

Después que Changó derroto a Oggún, el volvió a su vida despreocupada de mujeres y fiestas. Oggún fue de nuevo a su fragua y a su trabajo. Los dos se evitaron encontrar siempre que fuese posible, pero cuando se veían se oía un trueno en el cielo y relámpagos. Después de oír hablar de la pelea entre los dos hermanos, Obatalá convocó a Changó.
“Omo-milla,” dijo Obatalá a Changó, “tu pelea con tu hermano me trae mucha tristeza. Debes aprender a controlar tu temperamento.”
“Es su culpa,” dijo Changó, “el ha ofendido no solamente a mi madre, pero fue detrás de Oyá y intento interponerse entre Ochún y yo.”
“Mi hijo, el nunca debió ofender a tu madre,” dijo Obatalá, “pero el no es solo el culpable. Oyá era su esposa y Oshún le tentó. Por ofender a su madre se ha condenando a trabajar duro por el resto de su vida. Eso es un castigo grave. Tu no eres totalmente inocente; tomaste su esposa y a su amante. Entonces tu robaste su espada y su color.”

Misa espiritual

¿Sabes que es una Misa Espiritual?

   Las misas espirituales son ceremonias para rendir culto a los eggun (espíritus) ya sean de amigos o familiares, conocidos o desconocidos.

  La misa espiritual es una reunión de personas que buscan "reunirse" con eggun ante una bóveda espiritual (Bóveda espiritual)  al comienzo de la misa se encenderá la vela que hay en la bóveda, la misa comienza con oraciones  de amor al Padre Celestial y de invocación a los espíritus, a los que se les invoca para que asistan. Cuando finalizan los primeros rezos en los que se incluyen el padre nuestro, el ave María, el credo,etc. La ceremonia se da por iniciada.

A partir de este momento los eggun comenzarán a transmitir sus mensajes y recomendaciones a los asistente a través de las santeras y espiritistas. Durante la misa se canta y se festeja a los Orishás y a los eggun.

Una vez se acaban los mensajes y las recomendaciones, o incluso si la santera o espiritista que está realizando la misa lo decide la misa llegará a su fin, del mismo modo en que empezó mediante rezos y cantos para dar las gracias a todos los eggun que han acudido.



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jueves, 13 de septiembre de 2018

Bóveda Espiritual

¿Saben lo que es La Bóveda Espiritual?

    En la religión Yoruba la bóveda espiritual, es un lugar de devoción para nuestros espíritus protectores y de culto a nuestros antepasados, donde les damos luz  y  les pedimos consejo y que nos guíen y protejan.
  
   Al ser atendidos los eggun (espiritus) sienten bienestar y tranquilidad. Además esto les hace entender que en el plano físico todavía hay gente que los recuerda y se preocupan de su bienestar, y no como suele pasar que nos olvidamos de nuestros muertos según los años pasan.

La bóveda espiritual la montas por distintas motivos, el primero que un babalawo pregunte a ifa (metodo de adivinacion que usan los babalawo), en segundo lugar que se te haya dicho en una misa espiritual y por último que haya sido el propio espíritu en un sueño o visión. Porque siempre los eggun son los que deciden cuando una persona está preparada para atender el plano espiritual.

jueves, 6 de septiembre de 2018

Patakíes

La protegida de Oshún

Oshún había acabado de dar a luz a los Ibeyis y su cuerpo comenzó a perder la forma agradable y tersa que tanto gustaba a los hombres. Ya su vientre no era aquel que tanto se disputaron los más apuestos varones. Se pasaba los días mirándose en el espejo y no cesaba de llorar ni de buscar los más disimiles remedios para recuperar la belleza perdida. Ensayó baños que le recomendaron y se procuró yerbas de distintas procedencias y propiedades. Pero todo resultaba inútil.

Al fin, se le ocurrió que comenzaría a aplanarse el vientre con un objeto redondo y fue al bosque en busca de algún fruto que tuviera el tamaño adecuado para ello.

miércoles, 5 de septiembre de 2018

Patakíes

Orula conquista a Oshún

La muchacha más linda de la región era Yeyé. Todos le decían: “Cásate conmigo”, pero no respondía, se sonreía y caminaba con esa gracia en las caderas que sólo ella tiene. Era tal el acoso, que su madre le dijo un día a los enamorados: “Mi hija tiene un nombre secreto que nadie conoce. El que lo averigüe, será su esposo.”

Uno de los enamorados era Orula, el dios de los oráculos. En esta oportunidad él no podía averiguar cómo se llamaba la linda muchacha. Entonces le pidió ayuda a Eleguá y le dijo: “Averigua el nombre de la muchacha que tiene rotos los corazones de los hombres. Sólo tú, que eres tan hábil, puedes conseguirlo.”

martes, 4 de septiembre de 2018

Patakíes

El anciano estafador

Shangó se dirigía en su caballo hacia un pueblo que no había visitado jamás y donde nadie lo conocía. El corcel iba a galope tendido y la capa roja del orisha flotaba dándole al jinete su inconfundible aire de gran señor, de rey de reyes.

Ya adentrado en su itinerario, encontró a un pobre ciego que caminaba con mucha dificultad en dirección al mismo lugar.

–¿Vas al pueblo, arugbo? –la voz tronó en los oídos del anciano.

–Sí, hijo –contestó el ciego.

–Dame tu mano que te subiré a mi caballo –le dijo el rey, cuyo buen corazón se había conmovido al contemplar al desvalido. Shangó montó al hombre en la grupa, así viajaron un largo rato hasta llegar al lugar deseado.

Patakíes

La lluvia de oro

Aquel año hubo una gran sequía. Un campesino que se encontraba muy triste porque había gastado sus pocos ahorros para dar de comer a sus hijos, se encontró con Shangó.

–No te preocupes, que mañana va a llover –le dijo el orisha del rayo y el trueno–, pero debes procurar por todos los medios no mojarte, que yo te garantizo una suerte grande.
Efectivamente, al despuntar el día siguiente comenzó a llover. El pobre campesino olvidó la advertencia que le había hecho Shangó, se puso tan contento que salió corriendo de su casa y esa fue la causa de su muerte, pues estaban lloviendo monedas de oro.

Patakíes

Shangó conoce a su madre

Corriendo una de sus múltiples aventuras,Shangó llegó a un pueblo donde reinaba una mujer. El hechizo que ejerció sobre el dueño del trueno no se hizo esperar, por lo que comenzó a cortejarla de inmediato.

A los pocos días, en un güemilere, el orisha, que no perdía ni pie ni pisada a la hermosa soberana, le insistió para que lo llevara a su palacio.

–Ves ese azul allá lejos –dijo la mujer señalándole para el mar–, es mi casa.

Shangó accedió a acompañarla y ambos caminaron hasta la playa donde la mujer lo invitó a montar en su bote. Comenzó a remar y la embarcación se alejó rápidamente de la orilla.

–Ya no se ve la costa –dijo Shangó algo asustado.

Patakíes

Orula somete a Ikú

El pueblo hablaba mal de Orula y le deseaba la muerte, pero Orula, que es adivino, se había visto la suerte en el tablero con sus dieciséis nueces y había decidido que tenía que hacer una ceremonia de rogación con un ñame, y luego, con los pelos de la vianda, untarse la cara. Fue por eso que cuando Ikú vino por primera vez preguntando por Orula, él mismo le dijo que allí no vivía ningún Orula y la Muerte se fue.


Ikú estuvo averiguando por los alrededores y se dio cuenta de que Orula lo había engañado, por lo que regresó con cualquier pretexto, para observarlo de cerca, hasta tener la certeza de que se trataba del sujeto que estaba buscando para llevarse.

Patakies

Oshún y Orula

El rey mandó buscar a Orula, el babalawo más famoso de su comarca, pero el olúo se negó a ir. Así sucedió varias veces, hasta que un día Oshún se ofreció para ir a buscar al adivino.

Se apareció de visita en la casa del babalawo, y como de conversación en conversación se le hizo tarde, le pidió que la dejara dormir en su cama aquella noche.

Por la mañana, se despertó muy temprano y puso el ékuele y el iyefá en su pañuelo.
Cuando el babalawo se despertó y tomó el desayuno que le había preparado Oshún, ella le anunció que ya se tenía que marchar. Pero el hombre se había prendado de la hermosa mulata y consintió en acompañarla un trecho del camino.

Caminando y conversando con la seductora mujer, ambos llegaron a un río. Allí el babalawo le dijo que no podía continuar, pues cruzar debía consultar con el ékuele para saber si debía hacerlo o no. Entonces Qshún le enseñó lo que había traído en el pañuelo y el adivino, ya completamente convencido de que debía seguir a la diosa, pudo cruzar el río y llegar hasta el palacio del rey que lo esperaba impacientemente.

lunes, 3 de septiembre de 2018

Patakíes

Iború, Iboyá, Ibochiché

Olofín había llamado uno a uno a los babalawos para preguntarles dos cosas. Como ninguno le había adivinado lo que él quería, los fue apresando y afirmó que si no eran capaces de adivinar, los iba pasar a todos por las armas.

El último que mandó a llamar fue a Orula, el que enseguida se puso en marcha, sin saber qué estaba sucediendo.

En el camino Orula se encontró con una muchacha que estaba cortando leña y le preguntó cómo se llamaba, a lo que ella le contestó que Iború. La muchacha le dijo a Orula que lo importante era ver parir la cepa de plátano. Orula le regaló una adié y owó.

Más adelante Orula dio con otra muchacha que estaba lavando en el río la que dijo llamarse Iboyá, y le contó que Olofin tenía presa a mucha gente. Orula la obsequió con los mismos regalos que a la anterior.

Patakíes

La letra de año

Olofín mandó a buscar a los Orishás para la ceremonia de apertura del año y todos asistieron elegantemente vestidos. Orula, que llegó último, fue en ropa de trabajo y con cuatro ñames en la mano, lo que ocasionó burlas y comentarios. La letra que salió decía que iba a faltar la comida, pero como estaban en holganza económica se olvidaron de la advertencia y comenzaron a gastar sin preocupación. Al final, tuvieron que pedirle comida a Orula, que fue el único previsor, ya que sembró los ñames y tuvo comida todo el año.

Orula hace trampa a Olofín

Orula apostó con Olofín a que el maíz tostado paría. Olofin estaba seguro de que ello era imposible, por lo que aceptó la apuesta en el convencimiento de que la ganaría. Pero Orula llamó a Eleguá y a Shangó y se puso de acuerdo con ellos para ganarle la apuesta a Olofin.

Patakíes

La liberación de Eleguá

Eleguá que es muy fiestero, estaba triste porque en la casa de Shangó había un tambor el domingo y él no podía asistir porque no tenía dinero. En eso pasó Obatalá por allí y viéndolo tan compungido, le preguntó:

–¿Qué te pasa?

Eleguá le contó el motivo de su tristeza.

–No importa –le dijo Obatalá–, yo te presto tres pesos, con la condición de que el lunes tú comiences a pagármelos con trabajo.

Así acordado, Eleguá comenzó a trabajar el lunes en casa de Obatalá. Transcurrieron varias semanas, las semanas se convirtieron en meses y Obatalá nunca decía cuándo se acababa de pagar aquella deuda. Hasta que un día se enfermó y llamó a Orula, para saber cuál era su padecimiento.

Patakíes

Existe una rica tradición oral sobre cada uno de los Orishás, sus historias, sus acciones, la relación entre ellos y el por qué de su personalidad. Dichas historias se llaman "Patakis". A continuación podréis leer algunos:

El nacimiento de Eleguá

El rey Okuboro y su esposa Añakí tuvieron un hijo al que llamaron Eleguá. Fue un niño inquieto y juguetón que gustaba de hacer travesuras.

Cuando ya era adolescente, salió un día de paseo con su séquito y al pasar por un terreno donde la yerba estaba muy alta, el príncipe ordenó detenerse, se encaminó a la enmarañada manigua y anduvo hasta un lugar donde le parecía haber visto una misteriosa luz.

Allí encontró un coco seco al que le brillaban dos pequeños ojos y con gran respeto lo recogió, ante el asombro de sus acompañantes, que no entendían cómo un objeto, al parecer insignificante, había logrado apaciguar al inquieto muchacho.