viernes, 21 de septiembre de 2018

Patakies

Obatala y Olofin

Obatala  se encargó de la tarea que le confiara Olofin y comenzó a moldear en barro los cuerpos de los hombres, a los cuales el Supremo Creador les infundió el soplo de la vida. Pero no conforme con lo que sucedía se dijo: "¿Por qué yo no puedo completar mi obra?" Así se le ocurrió que podría espiar a Olofin para saber qué debía hacer para que aquellos cuerpos inertes cobraran vida. Aquella noche Obatala en vez de irse a dormir, se escondió en un rincón de su taller en espera de que llegara el Creador. Olofin, que todo lo ve, supo enseguida de la estratagema que había urdido Obatala y le envió un sueño tan profundo que no se enteró absolutamente de nada. A la mañana siguiente, cuando Obatala  despertó, se encontró que todos los hombres tenían vida y comprendió que no debía averiguar lo que no era de su competencia.

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